Bienvenidos a nuestro blog. Somos seis chicos y chicas del Colegio Salesiano de Úbeda, en Jaén. Este blog forma parte de un trabajo de investigación en grupos sobre La Loma y la comarca de Jaén en lo que al mundo del olivo se refiere. Publicaremos noticias interesantes sobre el tema y posts relacionados con este tipo de agricultura. Nuestra finalidad es hacer entender el valor que tiene en nuestro día a día el olivo y sus características. Esperamos que os guste y poder ayudaros.
Entre los cultivos permanentes, cabe destacar la situación preocupante del olivar que, propiciado por las ayudas a la producción que recibe, ha sufrido un nuevo incremento de su superficie desde 1995, así como una grave intensificación de su sistema de cultivo. Más del 4% de la superficie total de España está ocupada por olivar, y su cultivo en laderas, con fuerte laboreo, eliminando todo el estrato herbáceo, ocasiona que los olivares pierdan una media de 80 toneladas de suelo por hectárea y año en España, pérdidas similares que se dan en otros cultivos leñosos de secano.
El interés de los agricultores por obtener mayores rendimientos por hectárea y, por tanto, una mayor subvención, ha propiciado que más del 24% del olivar total español y el 34% del andaluz (año 2002) se haya transformado en regadío, con el consiguiente impacto por la excesiva utilización de aguas, ya escasas, en estos terrenos semiáridos. La expansión del olivar también se ha hecho en muchos casos a costa del bosque mediterráneo, roturado para nuevas plantaciones en la última década.
El suelo, normalmente, no puede suministrar a una planta perenne los nutrientes necesarios para su crecimiento y producción en el tiempo adecuado. Es por ello, que el agricultor, si quiere atender las necesidades nutritivas del olivar, tendrá que establecer un programa de abonado racional basado en las extracciones de nutrientes por el olivo en relación a la producción esperada, la fertilidad del suelo, el estado de nutrición del árbol y los nutrientes aportados por las reservas contenidas en tallos y hojas viejas.
Las cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio que el olivo extrae anualmente, por cada 1.000 kg de aceituna recogida, han sido estudiadas por varios investigadores, y pueden oscilar entre los siguientes valores:
Tan importante como conocer las necesidades de nutrientes del olivo es conocer su ritmo de absorción a lo largo de las distintas fases vegetativas, que debe tenerse presente a la hora de aportarlos al cultivo.
FUNCIÓN PRINCIPAL DE LOS NUTRIENTES EN EL OLIVAR
El nitrógeno, es el elemento más importante en la fertilización del olivo. Acelera la actividad vegetativa y el desarrollo de la planta, aumenta la capacidad de asimilación de otros elementos e influye, más que los demás elementos, en la producción. Es poco estable en el suelo, razón por la que hay que tenerlo presente anualmente en los programas de fertilización.
Un abonado nitrogenado excesivo no mejora la calidad del aceite ni la producción, aumenta la sensibilidad a las heladas y a las enfermedades y retrasa la maduración de los frutos. En el olivar tradicional se recomienda aplicar entre 0,5 y 1 kg N/árbol, sin superar, en todo caso, 150 kg N/ha.
El fósforo forma parte de compuestos que intervienen en muchos procesos bioquímicos que tienen lugar en la planta. Acelera la maduración y mejora la floración y el cuajado. La respuesta del olivar a las aportaciones de fósforo es menos evidente que la de nitrógeno y sólo se produce al cabo de unos años de abonado. No suelen ser frecuentes, en las zonas olivareras españolas, los suelos pobres en fósforo, aunque al tener un alto contenido en caliza el fósforo está en forma insoluble. En caso de deficiencia se puede aplicar 0,5 kg P2O5/árbol.
El potasio desempeña una labor importante en el transporte de azúcares en la planta, en la transpiración y en numerosos procesos bioquímicos en los que tiene que estar presente. Aumenta la resistencia del árbol a las heladas y a las enfermedades criptogámicas. Mejora el tamaño y la calidad de los frutos.
El olivo precisa de grandes cantidades de potasio y si la cosecha es abundante y las extracciones han sido elevadas pueden presentarse deficiencias, necrosándose las hojas y defoliándose el árbol. También la deficiencia puede presentarse en años muy secos, en el secano.El olivar responde bien a las aplicaciones de potasio que se sitúan entre 1 y 2 kg K2O/árbol.
El boro es un microelemento de gran importancia para el olivo, cuya deficiencia aparece más frecuentemente en suelos calizos y terrenos secos. Los olivos con deficiencias en boro presentan problemas en la floración y en el cuajado, con elevado número de frutos deformes. A veces la deficiencia se confunde con la de potasio.
El hierro es otro microelemento que debe ser tenido en cuenta en el olivo, que puede manifestar deficiencias en hierro aún estando este elemento presente en el suelo, debido a la inmovilización que produce el ión bicarbonato sobre este nutriente. Los árboles afectados por clorosis férrica presentan síntomas característicos de clorosis en las hojas.
En cuanto a los elementos secundarios, el calcio, es un elemento al que tradicionalmente se le ha prestado poca atención, porque la mayor parte del olivar está asentado en suelos muy
calizos.
PROCESO PARA LA APLICACIÓN DE ABONOS
La aplicación de abonos es característica del tipo de abono que se utilice. Es el agricultor quién debe, según sus condiciones, decidirse por uno u otro método.
En la aplicación de abonos orgánicos es preciso tener en cuenta su considerable volumen y que deben ser enterrados mediante una labor muy ligera, para no romper las raíces superficiales.
El enterrado, para evitar pérdidas debe hacerse rápidamente a continuación de su distribución.
A veces se aplican los abonos orgánicos en la zona de goteo de los árboles, lo que no es aconsejable pues su efecto como enmienda se ve disminuido y porque, a veces, las raíces de los árboles llegan incluso a entrecruzarse, saliendo de la zona de goteo.
En la aplicación de abonos minerales es preciso tener en cuenta la situación de las raíces, ya que la distribución de abonos exige su colocación en la zona de suelo explorado por ellas, pues así se consigue una acción rápida.
Existen investigadores que aconsejan aplicar los abonos minerales en una corona circular de radio exterior variables entre 1’5 y 2 veces el de la zona de goteo del árbol y de radio interior la mitad de dicho radio.
Es posible, con los abonos minerales, crear una zona localizada con exceso de abono en la que se desarrollaran al máximo los órganos absorbentes.
El abonado localizado puede distribuirse en surcos de 20 ó 30 cm de profundidad o en volúmenes reducidos de suelo como hoyos o bulbos de goteo. En todo caso hay que tener en cuenta que el enterrado profundo, es muy peligroso debido a la importante cantidad de raíces que en su aplicación se rompen. También es posible aplicar los abonos minerales esparciéndolos regularmente sobre la superficie del suelo. Este método tiene como ventaja fundamental que el reparto y el enterrado se realizan de forma rápida y económica.
Cuando se aplican con este método los abonos nitrogenados sus resultados pueden ser muy buenos. En cambio, los abonos fosfatados y potásicos, al quedar inmovilizados, no llegan bien a las raíces.
Al ser los abonos nitrogenados los más rentables en olivar, se puede indicar este método como muy interesante.
AQUÍ TENÉIS UN BREVE VÍDEO QUE MUESTRA COMO EL ABONO ES ESPARCIDO POR UNA MÁQUINA:
TIPOS DE ABONOS
Los fertilizantes a aplicar pueden presentar características muy variadas ya que se presentan como estiércol, granulados, líquidos, ..., de ahí que la mecanización de la aplicación de abonos haya obligado a constructores y técnicos a tener en cuenta este importante condicionante.
Las características físicas de los abonos más usuales son las que se presentan en los cuadros siguientes:
No todos los aceites de oliva vírgenes son iguales. Los hay mejores y peores, según sea su calidad. En líneas generales, la calidad del aceite empieza en el campo y depende del estado de la aceituna y de las condiciones de elaboración de la almazara que es la encargada de extraerlo.
Si las aceitunas están sanas y en perfectas condiciones, se lavan y molturan el mismo día de la recolección para evitar su atrojamiento, se extrae el aceite a baja temperatura y se traslada a depósitos de almacenamiento adecuados obtendremos con toda seguridad aceites de oliva virgen extra o lo que es lo mismo: puro zumo de aceitunas frescas y sanas, sin que ningún aroma o sabor pueda distorsionar las cualidades sensoriales de la aceituna fresca verde o madura.
Por esta razón, en la etiqueta de un aceite de oliva virgen o virgen extra aparece la siguiente leyenda : "aceite de oliva de categoría superior obtenido directamente de aceitunas y sólo mediante procedimientos mecánicos". Ver artículo nuevas normas de etiquetado
Basta una pequeña pérdida de calidad, ya sea en la aceituna o en cualquiera de las fases del proceso, para que este aceite se convierta en virgen. Una gran pérdida de calidad nos dará aceites de oliva virgen lampantes, no aptos para el consumo y que son obligatoriamente refinados.
A todos estos aceites se les llama vírgenes, dado que se han obtenido exclusivamente por procedimientos mecánicos ya sea por presión o centrifugación y sin la intervención de ningún proceso químico.
La clasificación de los aceites vírgenes en estas 4 categorías (extra, virgen, corriente y lampante) responde a unos parámetros físico-químicos y sensoriales fijados a nivel mundial por el Consejo Oleícola Internacional. (Ver tabla al final) . El análisis químico mide el grado de acidez, el índice de peróxidos y la absorbancia en el ultravioleta (K270). El sensorial valora y puntúa las cualidades organolépticas.