Podemos llegar a pensar que se puede ser alérgico al aceite de oliva, pero lo cierto es que no se puede ser alérgico a este únicamente. Si lo eres a uno, lo eres a todos.
El aceite de oliva contiene un 98-99% de triglicéridos, al igual que otros aceites. Por tanto, serías alérgico a los otros aceites también.
Si bien es cierto, la diferencia entre el aceite de oliva y los otros aceites es que mientras que el aceite de oliva contiene un 60-80% de ácido oleico (ácido graso monoinsaturado), otros aceites contienen bastante menos de este ácido graso.
En el caso del aceite de oliva virgen, contiene además esteroles, escualeno, tocoferoles y polifenoles. A los cualesno se han descrito alergias a estos compuestos y aunque se hubieran descrito la concentración sería demasiado baja para una alergia.
Por otra parte sería una alergia muy rara, ya que este beneficia al corazón. Existen varios estudios que han demostrado que el consumo regular de aceite de oliva virgen reduce los niveles de colesterol y triglicéridos, así como la presión arterial. Además reduce algunos marcadores de inflamación en el contexto de la dieta mediterránea. También es antioxidante (vitamina E y polifenoles).
De hecho, hospitales tan prestigiosos como al Clínica Mayo recomiendan el consumo de aceite de oliva, que hoy en día es el más saludable. Hay que tener en cuenta que es el único que se extrae del fruto de un árbol y no de una semilla y que, en el caso del virgen, es el único que no está refinado.
En resumen: podrías ser alérgico al fruto, cuando esta madurando, es decir, al polen, pero no al aceite en sí. Esto sucede porque sus componentes no se han diagnosticado como alérgenos y por el contrario, nos benefician.
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